Tras una semana de tregua, la guerra ha vuelto. Pese a los esfuerzos de última hora de los mediadores, el alto el fuego entre Israel y Hamás ha expirado este viernes a las siete de la mañana (una hora menos en la España peninsular) sin anuncio de ampliación. Poco antes, sonaron las alarmas antiaéreas cerca de Gaza por el lanzamiento de un cohete, interceptado por el escudo antimisiles, según el ejército israelí. Los aviones israelíes han retomado con fuerza los bombardeos, causando, según el Ministerio de Sanidad de la Franja, al menos 178 muertos y alrededor de 600 heridos, tanto en el norte como en el sur de Gaza, en el que se hacinan la gran mayoría de sus habitantes tras el desplazamiento forzoso desde el norte, la parte más castigada. Las milicias palestinas han lanzado medio centenar de proyectiles contra el sur y el centro de Israel.
Las columnas de humo en Gaza son visibles desde la ciudad israelí de Sderot, a solo un kilómetro de la Franja. El ejército de Israel ataca por el aire y con tanques. Además de los F-16 y los helicópteros de combate, vuelan por encima de la zona los drones. Al mismo tiempo, los proyectiles que forman parte del sistema de defensa aérea israelí conocido como Cúpula de Hierro surcan el cielo sobre Sderot para interceptar los misiles que salen de la Franja.
Poco después del fin de la tregua, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha emitido un comunicado en el que acusa a “la organización terrorista Hamás-ISIS” de haber incumplido el acuerdo. “No ha cumplido su obligación de liberar a todas las mujeres hoy y ha lanzado cohetes contra los ciudadanos israelíes”, ha asegurado antes de subrayar su “compromiso” con los tres objetivos de la guerra: “liberar a los rehenes, eliminar a Hamás y asegurarse de que Gaza nunca vuelva a suponer una amenaza para los residentes de Israel”.
Hamás rechaza la acusación. Jalil Al Hayya, uno de sus dirigentes, ha asegurado a la cadena Al Jazeera que Israel hizo llegar a los mediadores “una lista de nombres de mujeres que resultaron ser soldadas” y rechazó “debatir la liberación de presos adultos [hombres] por rehenes adultos [hombres]”. Un miembro de su rama política, Ezzat Al Rashq, ha lanzado además un mensaje desafiante en la página web del grupo: “Lo que no logró Israel en los 50 días antes de la tregua no lo logrará continuando su agresión después de la tregua”.
Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete
Desde Líbano, el partido-milicia chií Hezbolá ha asumido la responsabilidad de un ataque contra soldados israelíes en solidaridad con Hamás, el primero desde que entró en vigor la tregua que ahora ha expirado en Gaza, el 24 de noviembre. Israel respondió con un ataque de su artillería contra la ciudad de Hula, en el que murieron una madre y su hijo, según Reuters.
Apoyo de EE UU
Pocas horas antes, en la noche del jueves, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, había lanzado una advertencia con tintes de reprimenda a su aliado israelí ante la posibilidad de que se rompiera el acuerdo. Mientras los otros dos mediadores, Qatar y Egipto, trataban de arañar dos días más de tregua, el jefe de la diplomacia estadounidense consideró “imprescindible que Israel actúe de acuerdo con las leyes humanitarias internacionales y las leyes de la guerra” y subrayó que “no puede repetirse” en el sur las “perdidas masivas de vidas de civiles” ni el “desplazamiento de la escala” que se produjo en el norte. La parte norte de la Franja ha quedado convertida en escombros y la mayoría de sus 1,1 millones de habitantes —del total de 2,3 millones de todo el territorio— han huido hacia el sur del enclave, siguiendo las órdenes israelíes y ante la intensidad de los bombardeos y posterior invasión.
Blinken ha abandonado este viernes Israel, poniendo fin a su cuarta visita desde que comenzó la guerra. Horas más tarde, el jefe de la diplomacia de Estados Unidos ha culpado a Hamás de la ruptura de la tregua y afirmado que Israel ha tomado medidas “para proteger a los civiles gazatíes en áreas de seguridad”.
Luciano Zaccara, profesor e investigador en el Centro de Estudios del Golfo de la Universidad de Qatar, recalca por WhatsApp desde Doha cómo “Blinken le pidió a Netanyahu que, antes de reiniciar los ataques, se asegurara de que no iban a matar a tanta gente como antes de la tregua, pero no le dijo en ningún momento que no atacaran Gaza”.
El secretario de Estado, prosigue este experto, le comunicó al primer ministro israelí que la guerra “se tenía que resolver en semanas, no en meses, pero Netanyahu respondió claramente que él va a tomarse el tiempo que precise para eliminar política y militarmente a Hamás, algo que no se sabe cómo puede llegar a lograr si no es eliminando a prácticamente toda la población de Gaza. Y no parece que, en este sentido, Netanyahu esté dispuesto a negociar nada ni a hacer ninguna concesión. Sobre todo porque Hamás ya no tiene ninguna moneda de cambio. Mientras tenía a tantos rehenes, creo que era posible pensar en que se podía extender esta trueque [por los presos palestinos] y la tregua”.
“Egipto y Qatar siguen diciendo que es posible reanudar la tregua, pero si Estados Unidos no presiona [a Israel], eso no va a suceder. La cuestión, prosigue el profesor, “es que Biden está también bajo presión porque se encuentra en plena campaña. Aunque la opinión pública estadounidense en general es mayoritariamente proisraelí, los votantes demócratas y los jóvenes se inclinan cada vez más a una postura algo más neutral. Biden puede perder votos por este asunto por un lado y el otro, y no va a actuar en función de los intereses palestinos, sino en función de sus propios intereses políticos”, analiza el experto de la Universidad de Qatar.
Aún quedan en la Franja 137 rehenes
Israel consiguió traer de vuelta el jueves en el séptimo de los canjes a ocho rehenes, mientras que puso en libertad a 30 prisioneros palestinos: 22 menores y ocho mujeres. De esta forma quedan en la Franja en torno a 137 secuestrados, aunque en las últimas horas se anunció la muerte de cinco de ellos, entre los que ―según Hamás― se encuentra Shiri Bibas, de 32 años, madre de Ariel, de cuatro, y Kfir, de 10 meses. Hamás había anunciado el miércoles la muerte de los tres a causa de un bombardeo. Yarden, el marido de Shiri y padre de los niños, permanece con vida en manos de Hamás. Ha aparecido en un vídeo pidiendo a su país que acepte los tres cuerpos que el movimiento fundamentalista quiere entregarle para que sean enterrados en Israel. Las autoridades de este país tratan de verificar si están muertos o no.
Las 24 horas de tregua conseguidas in extremis en la madrugada del jueves no solo sirvieron para llevar a cabo un nuevo canje de rehenes por prisioneros y para que la población de Gaza dispusiera de algo más de tiempo para abastecerse ante la posibilidad de la vuelta de los bombardeos. También para que los equipos negociadores, casi siempre entre bambalinas, empujasen a las partes en conflicto hacia una nueva prórroga, esta vez de dos días, para no tener que negociar de nuevo contra el reloj durante el viernes, jornada festiva para los musulmanes y comienzo al caer el sol del sabbat judío.
Pese al alivio de la semana transcurrida sin ataques israelíes en Gaza, Naciones Unidas ha alertado de que los 2,3 millones de habitantes de la Franja necesitan mucha más atención sanitaria que antes de la guerra, que ha reducido la capacidad hospitalaria del enclave palestino a un tercio de la que tenía, según el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus. Desde Jordania, el rey Abdalá instó a la ONU y organizaciones humanitarias internacionales a aumentar la presión sobre Israel para que entre más ayuda a la franja de Gaza.
Sigue toda la información internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Suscríbete para seguir leyendo
Lee sin límites
_