Pedro Sánchez es tal vez el líder europeo que más rotundo se ha mostrado en la necesidad de pedir a Israel un alto el fuego y condenar los bombardeos sobre Gaza que están provocando la muerte de miles de civiles. Y no ha reducido la dureza de sus críticas en sus reuniones con las autoridades políticas de este país en su visita a Jerusalén, durante la primera etapa de un viaje que después lo llevará a la capital palestina, Ramala, y más tarde a la egipcia, El Cairo, y al paso fronterizo de Rafah. El líder español ha querido dejar muy claro, también en el sitio más difícil para decirlo, en Jerusalén ante el líder del Gobierno de Israel, que España no va a callar ante la muerte de miles de civiles y niños palestinos ante los bombardeos del ejército israelí en Gaza.
Sánchez ha sido muy claro en su encuentro con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu: “El mundo entero está impresionado por las imágenes que vemos a diario de Gaza. El número de palestinos muertos es realmente insoportable. Debe distinguirse claramente entre objetivos militares y la protección de los civiles”, ha dicho al líder conservador. Sánchez también ha mostrado solidaridad con el país: “Durante décadas, España ha padecido la lacra del terrorismo, por eso podemos entender la frustración y el dolor de Israel por los espantosos actos terroristas de Hamás”. Aunque también ha añadido, aludiendo a la experiencia española en el fin de ETA: “porque también lo hemos sufrido en España, estoy convencido de que el terrorismo no puede erradicarse exclusivamente mediante el uso de la fuerza”. Sánchez ha defendido ante Netanyahu la solución de los dos Estados y la necesidad de una conferencia de paz: “Israel tiene derecho a defenderse, pero esa respuesta debe respetar la ley internacional”, ha dicho. “Debemos de manera urgente parar la catástrofe humanitaria”, ha rematado.
Netanyahu le ha contestado también con rotundidad desde su visión: “Hamás es un enemigo expresamente cruel e inhumano que quiere eliminar al Estado judío. Son los nuevos nazis. Si salen victoriosos de aquí intentarán destruir Oriente Próximo y después van a ir a Europa. No es una exageración. Odian nuestra civilización libre y quieren destruirla. Si no se lucha contra los bárbaros, ganarán”.
Poco antes, Sánchez se había reunido con el presidente israelí, Isaac Herzog, ante el que el jefe del Gobierno español también ha mostrado su solidaridad con Israel, como hace siempre en todos sus discursos, por los atentados de Hamás del 7 de octubre, que causaron 1.200 muertos, en su mayoría civiles, pero enseguida ha insistido en que la respuesta debe ser proporcionada. Desde entonces hasta ahora, han muerto en ataques israelíes más de 14.500 palestinos, 5.600 de ellos menores, según las autoridades sanitarias de Gaza.
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“España comparte el dolor de Israel por los terribles atentados del 7 de octubre. Israel tiene derecho a defenderse, pero debe respetar el derecho internacional. La respuesta no puede implicar la muerte de inocentes, incluidos miles de niños”, ha clamado el presidente español mientras Herzog le miraba con cara muy seria.
Sánchez, con el que viaja su homólogo belga, Alexander de Croo, ha marcado después la posición española, que implica la defensa de la solución de los dos Estados, el reconocimiento de Palestina y la necesidad de hacer cuanto antes una conferencia de paz. Él ya negoció esto último en la última cumbre de la UE, en la que muchos socios no querían hablar de alto el fuego y el líder español, al no lograr que se impusiera esa posición, optó por buscar el acuerdo sobre la conferencia de paz.
“Necesitamos parar esta catástrofe humanitaria y el sufrimiento de los palestinos. Los civiles deben ser protegidos. Debemos buscar un alto el fuego humanitario. Las autoridades palestinas deben tomar el control de Gaza. La solución de los dos Estados debe ser implementada para vencer al terrorismo y garantizar la seguridad de Israel. Deberíamos organizar una conferencia de paz internacional tan pronto como sea posible. Debemos lograr el establecimiento de un estado palestino viable. Israelíes y palestinos tienen el derecho de vivir en paz y con seguridad. Pueden contar con España para ello”, ha señalado el presidente.
Herzog ha señalado que Israel vive “horas críticas esperando la vuelta del primer grupo de secuestrados” tras la tregua temporal pactada con Hamás, pero que todavía no ha entrado en vigor. “Las familias están esperando la vuelta a casa de niños, bebés, mujeres, hombres… que todos vuelvan a casa. Pero para esto necesitamos estar seguros de que Hamás cumple los términos del acuerdo. Después se irán dando pasos para mejorar la situación humanitaria en Gaza, introduciendo hospitales de campaña, alimentos, medicinas y haciendo seguros los corredores humanitarios de norte a sur. Esperamos que sea posible la erradicación de Hamás y cambiar el futuro de Gaza”, ha sentenciado.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, se ha reunido con Sánchez y De Croo y les ha mostrado un vídeo con imágenes “de extrema violencia” de los atentados de Hamás, según fuentes de La Moncloa. Esas imágenes han sido mostradas a algunos periodistas extranjeros y líderes internacionales, como el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken. No han sido reproducidas públicamente porque el Gobierno de Israel entiende que podrían desmoralizar a su población. Después de ver esas imágenes, Sánchez ha trasladado su solidaridad pero también ha querido dejar claro que la respuesta no puede ser el bombardeo indiscriminado sobre la población civil.
De Croos, que sigue una línea similar a la de Sánchez, ha sido, sin embargo, más suave en su discurso ante Herzog que el español. Este ha sido uno de los últimos primeros ministros europeos en visitar Israel y ha mantenido las posiciones más críticas dentro de los Veintisiete con los bombardeos israelíes sobre Gaza y sobre todo la decisión de dejar a la población sin agua, luz ni combustible. Otro de los más duros en Europa ha sido Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, que estuvo la semana pasada en una visita similar a la de Sánchez y dijo que “lo que diferencia a una sociedad civilizada de un grupo terrorista es el respeto por la vida humana. Todas las vidas valen lo mismo”.
Sánchez quiere mostrar una posición intermedia y por eso ha acudido a Israel, ha rendido homenaje a las víctimas y ha visitad el kibutz Beeri, uno de los epicentros de la masacre de Hamás, que mató allí al 10% de sus habitantes. El presidente español y el belga han quedado conmocionados al recorrer las casas destrozadas tras los ataques, con los juguetes de los niños a medio quemar, y al conocer de primera mano las historias de los asesinados y de los secuestrados. “Era gente trabajadora, que se levantaba todos los días para ir a trabajar, que ansía la paz con sus vecinos. Debemos unirnos para que esto no vuelva a producirse”, ha comentado el presidente visiblemente emocionado. Sánchez cerró una jornada intensa en Ramala, capital de Cisjornania, donde se reunió con el líder de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas. El presidente español le trasladó su apuesta por el reconocimiento de Palestina pero sobre todo le garantizó que está trabajando para lograr la solución de los dos Estado, Israel y Palestina, y Abbas lo agradeció. El líder palestino también se mostró dispuesto a que la ANP recupere el control de Gaza que perdió a manos de Hamás, uno de los planteamientos que Sánchez trasladó a Netanyahu como salida de la situación. El presidente viajó después a Egipto, otro actor clave en el conflicto, para verse este viernes con su presidente, Abdel Fattah Al Sisi, y con el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit. Sánchez se desplazará también al paso fronterizo de Rafah, por donde debería entrar la ayuda humanitaria que se espera que aumente cuando entre en vigor el alto el fuego de cuatro días que han pactado Hamás e Israel.
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