
La tecnología se ha convertido en un motor de cambio crucial en la sociedad actual, afectando múltiples facetas de la vida diaria, especialmente en términos de independencia económica. Este cambio es particularmente relevante para las mujeres, quienes han enfrentado históricamente obstáculos en los campos laboral y financiero. La digitalización, junto con el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), ha comenzado a crear nuevas oportunidades para el empoderamiento de las mujeres, facilitando su participación más activa en la economía mundial y fomentando la igualdad entre géneros.
Acceso a la educación y formación en TIC
Uno de los aspectos clave para el empoderamiento económico femenino es la educación y formación en tecnologías de la información y comunicación. Iniciativas como el Día Internacional de las Niñas en las TIC tienen como objetivo incentivar a las jóvenes a seguir carreras en el ámbito tecnológico, rompiendo estereotipos de género y favoreciendo la inclusión digital. Dichos programas son vitales para reducir la brecha digital de género y asegurar que las mujeres no se limiten a ser usuarias de tecnología, sino también innovadoras y referentes en el sector.
Entidades como Laboratoria han liderado en este campo, proporcionando entrenamientos intensivos en habilidades técnicas y personales para mujeres que no han comenzado su trayectoria profesional. Desde su inicio en 2014, Laboratoria ha capacitado a más de 3,500 mujeres en naciones de América Latina, con cerca del 79% de ellas consiguiendo empleo en la industria tecnológica. Estos programas no solo ofrecen competencias técnicas, sino que también fortalecen a las participantes, preparándolas para afrontar los retos del mercado laboral actual.
Organizaciones como Laboratoria han sido pioneras en este ámbito, ofreciendo bootcamps intensivos en habilidades técnicas y de vida para mujeres que aún no han iniciado una carrera profesional. Desde su fundación en 2014, Laboratoria ha formado a más de 3,500 mujeres en países de América Latina, logrando que alrededor del 79% de ellas obtengan empleos en el sector tecnológico. Estos programas no solo brindan habilidades técnicas, sino que también empoderan a las participantes, preparándolas para enfrentar los desafíos del mercado laboral contemporáneo.
La tecnología ha allanado el camino para que surjan emprendimientos dirigidos por mujeres, proporcionando espacios para la innovación y la creación de empresas con enfoque social. Un ejemplo es la iniciativa ‘Lánzate Rural’ de Castilla y León, España, que se centra en fomentar el emprendimiento social entre mujeres desempleadas en zonas rurales. Este programa ofrece talleres prácticos y capacitación en línea para que las participantes puedan desarrollar y lanzar negocios con impacto social y medioambiental, enfrentando la dominancia masculina en el autoempleo, particularmente en el sector agrícola.
Un ejemplo notable es Carolina Gaitán Montoya, una emprendedora de Colombia que fundó «La Cortesana», la primera plataforma digital de coworking textil a nivel mundial. Esta aplicación digital ha conectado talleres, proveedores, fábricas y marcas textiles en un entorno virtual, alcanzando 58 países y generando 1,700 empleos. La inspiración de Gaitán provino de su experiencia en el sector textil y su deseo de enfrentar la desarticulación y la falta de equidad económica para los trabajadores, con un especial énfasis en las mujeres.
Otro caso destacado es el de Carolina Gaitán Montoya, una emprendedora colombiana que creó «La Cortesana», la primera plataforma digital de coworking textil del mundo. Esta aplicación ha conectado talleres, proveedores, fábricas y marcas textiles en un espacio digital, llegando a 58 países y generando 1,700 empleos. La motivación de Gaitán surgió de su experiencia en la industria textil y su deseo de combatir la desarticulación y la injusticia económica para los trabajadores, especialmente las mujeres.
Trabajo remoto y flexibilidad laboral
Políticas públicas y programas del gobierno
Las autoridades gubernamentales también desempeñan un papel fundamental en fomentar la autonomía económica de las mujeres mediante la tecnología. En México, por ejemplo, a partir de agosto de 2025 se pondrá en marcha la Pensión Mujeres Bienestar, que brindará asistencia financiera a mujeres mexicanas entre 60 y 62 años. Este programa pretende aumentar los apoyos ya concedidos a más de un millón de beneficiarias, predominantemente de comunidades indígenas y afromexicanas, proporcionando una ayuda económica de 3,000 pesos cada dos meses.
Adicionalmente, eventos como la jornada «Mujeres y digitalización» en Albacete, España, tienen como objetivo impulsar la formación en digitalización para pequeñas y medianas empresas, trabajadores independientes y emprendedores. Organizada por la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (FUNDAE) y el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), esta iniciativa resalta la participación activa de las mujeres en el proceso de digitalización, proporcionando herramientas y recursos para el desarrollo de habilidades digitales y enfatizando la relevancia de la igualdad de género en la revolución tecnológica.
Además, eventos como la jornada «Mujeres y digitalización» en Albacete, España, buscan promover la formación en digitalización para pequeñas y medianas empresas, autónomos y emprendedores. Organizada por la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (FUNDAE) y el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), esta iniciativa destaca el papel proactivo de las mujeres en el proceso de digitalización, ofreciendo herramientas y recursos para el desarrollo de competencias digitales y subrayando la importancia de la igualdad de género en la revolución tecnológica.
Aunque se han logrado avances, todavía existen obstáculos considerables para la completa integración de las mujeres en la economía digital. La brecha digital de género continúa siendo un desafío, especialmente en áreas rurales y naciones en desarrollo, donde las mujeres enfrentan dificultades adicionales para acceder y beneficiarse de las oportunidades del entorno digital. Es crucial seguir impulsando estrategias gubernamentales con enfoque de género que amplifiquen los efectos positivos de las tecnologías de la información y comunicación en la disminución de las desigualdades sociales presentes.
A pesar de los avances, persisten desafíos significativos en la plena integración de las mujeres en la economía digital. La brecha digital de género sigue siendo una realidad, especialmente en regiones rurales y en países en desarrollo, donde las mujeres enfrentan mayores barreras para acceder y aprovechar las ventajas ofrecidas por el mundo digital. Es fundamental continuar promoviendo políticas públicas con perspectiva de género que potencien los impactos positivos de las TIC en la reducción de las brechas sociales existentes.
Además, es esencial abordar los estereotipos de género que desaniman a las niñas a inscribirse en cursos o carreras de ciencia y tecnología desde una edad temprana. Superar estos estereotipos, que se refuerzan a través de la familia, la escuela, los medios de comunicación y la sociedad en general, es crucial para garantizar una participación equitativa de las mujeres en el sector tecnológico.